Dolores Redondo. Legado de los huesos. Ed. Booket
Se dejó conducir como sonámbula y, desnuda, se introdujo entre las sábanas tibias, pegada contra el cuerpo de su marido. Siempre bastaba con el olor de su piel, la firmeza…
VICENT ROS LÓPEZ
Se dejó conducir como sonámbula y, desnuda, se introdujo entre las sábanas tibias, pegada contra el cuerpo de su marido. Siempre bastaba con el olor de su piel, la firmeza…
Lo prodigioso es cómo Valencia, perdiendo carácter, ha crecido, y hace suponer que cuanto menos tenga -como otras- más anchas serán sus calles, más altos sus edificios, menos preocupados sus…
Yo no podía saber quién era el ciego, ni a dónde iba ni lo que al llegar a su casa descubriría por el sutil tacto de los dedos que habrían…
Hoy ya no creemos en nada, nos están cocinando a todos en la olla podrida del olvido, porque el olvido es una estrategia del vivir -si bien algunos, por si…