El universo de aquel grupo de jóvenes Los Novatos, como su nombre indicaba, empezaba en su ciudad natal L’Hospitalet, pequeño municipio que a principios de siglo tenía 5.000 habitantes pero que ahora, en los albores de la nueva república, en 1931, había crecido masiva y continuamente con la aportación de las regiones del Levante y del sur español. De este modo, el grupo de jóvenes anarcosindicalistas era variopinto y alegre. Jóvenes con ganas de aprender y ansiosos de actuar.
Todos habían crecido bajo el influjo de José Casajuana, un sastre de Sant Pere de Oro (Olot) que tenía algunos años más que ellos. Casajuana sentía pasión por la música y amenizaba las veladas político-musicales organizadas por los sindicalistas de la población. Según el activista del POUM Mariano Coromines alias Trotski, fue Casajuana quien organizó la proclamación del comunismo libertario en diciembre de 1933 en L’Hospitalet. Estos hechos serían el bautismo de fuego no tan sólo de José y Francisco Sabaté y Los Novatos, sino también del adolescente Carlos Vidal, Jaime Parés alias El Abisinio, Paco Ballester Orovich alias el Explorador, Amador Franco y varios hombres más que pasaron los primeros años de su adolescencia dentro de las Juventudes Libertarias, las escuelas racionalistas (había varias en la población) y los ateneos libertarios.