Nota previa: Bartolomé Barba (1895-1967) fue un militar español conocido por atribuir a Manuel Azaña la frase ¡Tiros a la barriga! durante los hechos de Casas Viejas. Formó parte de la Unión Militar Española y fue el alma de la sublevación del 18 de julio en Valencia. Amigo personal de Francisco Franco, desempeñó, entre otros, el cargo de gobernador civil de Barcelona.
En la fecha en que tomé posesión del Gobierno Civil de aquella provincia -8 de agosto de 1945- se delineaban ya claramente las circunstancias que habían de condicionar toda mi gestión. La contienda mundial acababa con el triunfo rotundo de los aliados, y los derrotados de nuestra guerra pretendían interpretar a su favor la solución dada al conflicto por la victoria. Mientras ellos intentaban agruparse detrás de las fronteras, del lado de acá se recrudecía la actividad clandestina de las organizaciones obreras y de los partidos políticos adversarios del régimen. Estos elementos tenían el mejor auxiliar en la sequía, que por aquellas fechas alcanzaba su momento más intenso y áspero y que no sólo amenazaba de muerte a la cosecha, sino que obligaba a establecer duras restricciones en el consumo de energía eléctrica. Si en cualquier provincia tales restricciones resultan incómodas, en la de Barcelona constituyen un gravísimo problema a causa del enorme volumen de su población obrera. Las dificultades en la adquisición de materias primas, por ejemplo, algodón y lana para las industrias textiles y hierro y chatarra para las metalúrgicas, venían por un lado a disimular la trascendencia de la restricción del fluido, pero la verdad es que ambos fenómenos podían influir en el paro de las fábricas, y el paro de las fábricas podía degenerar en alteraciones del orden, favorecidas desde el otro lado de las fronteras…