El que realment preocupava les autoritats borbòniques no era el crim sinó la insubmissió, que tenia com a causa essencial, en la seua opinió, la naturalesa mateixa dels catalans, propensos a la revolta, la qual cosa obligaria a mantenir durant tot el segle -i en realitat durant la major part del XIX i bona part del XX- un sistema de predomini militar que n’assegurés la subjecció.

La malfiança davant d’aquesta gent incorregible la manifestava ja Patiño (superintendent de la Corona a Catalunya) el 1715, tot just acabada la guerra: «El genio de los naturales es amante de la libertad, aficionadísimo a todo género de armas, promptos en la cólera, rijosos y vengativos, y que siempre se debe desconfiar de ellos (…). Son apasionados a su patria, con tal exceso que les haze transtornar el uso de la razón y solamente ablan en su lengua natiba». A la qual cosa afegiria: «Aquel grande orgullo está abatido, y respetan ya los preceptos de V.M. y a la justicia, no por afecto y amor, sí por la fuerza superior de las armas, de modo que la quietud y obediencia deve afianzarse en estas, pues la necesita el país por su calidad y genio de los naturales». Opinava de manera semblant, pel mateix temps, un militar felipista, el comte de Montemar, que escrivia que els catalans eren «idólatras de sus privilegios, con unos visos de república en su media libertad, que si no la han logrado entera, no se dude que lo han pretendido.»

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *