«En el Consejo de Administración [de El País] se daban cita personalidades de todo género. Amén de José Ortega, Valcárcel, Polanco y su socio de toda la vida Francisco Pérez González, allí estaban entre otros Julián Marías, presunto heredero intelectual de Ortega y Gasset, el hijo mayor de este, Miguel, y el yerno, José Varela, casado con Soledad. Ramón Tamames se había incorporado a sugerencia de José, en su calidad de autor de Alianza Editorial. Antonio Senillosa fungía como representante de Areilza, y Carlos Mendo como el hombre de Fraga, junto con Manuel Milián Mestre, un catalán espeso e inteligente que había ayudado a movilizar los capitales que apoyaban la influencia del antiguo ministro de Información franquista. Mendo había renunciado a su doble condición de consejero delegado y director in pectore para dar paso a los nombramientos de Polanco y mío. Era un periodista de raza y una excelente persona, aunque tan impulsivo como su mentor. Antiguo corresponsal de United Press en Madrid, Fraga le nombró, siendo aún muy joven, director de Efe, y a él se debía la inicial expansión que la agencia tuvo en América Latina en los años sesenta. Existía una Junta de Fundadores presidida por Ortega e integrada por otros cuatro miembros: Valcárcel, Mendo, un amigo de Valcárcel, Ramón Jordán de Urríes y un amigo de Ortega, el abogado Juan José de Carlos, también secretario del Consejo. Ni Polanco ni yo nos sentábamos en ese sanedrín destinado a velar por la identidad editorial, que contaba en cambio con obvias influencias de Fraga y Areilza, por entonces aliados políticos e integrantes del primer gobierno de la monarquía, como ministro de la Gobernación uno, y titular de la cartera de Exteriores el otro.»