«Los antecedentes que se estudian son de dos clases: por un lado aquellos que tienden a especializar las funciones de la justicia, que tenían como fin prevenir y erradicar la delincuencia, y por otro algunas tentativas de imponer unas organizaciones mixtas -militar-civil- para asegurar el mantenimiento del orden público establecido. Además debe tenerse en cuenta que debajo de este proceso hay otro de mayor envergadura, como la transición del Antiguo Régimen al liberalismo, o lo que es lo mismo, el paso de una sociedad fuertemente militarizada a otra de signo civil. Este proceso de transición hará inteligibles muchas de las cosas que van a continuación. La transición fue duradera, larga y llena de altibajos, y explica el poco o nulo papel jugado por la policía en la España del siglo XIX. Solo en la medida que el Ejército fue perdiendo preponderancia, lo fue adquiriendo la policía.»
(Fragmento)